IBÁÑEZ, FRANCISCO
El mismísimo Francisco Ibáñez ha sido secuestrado. La T.I.A. se pone rápidamente a la cabeza de la investigación, con la ayuda del único testigo del secuestro: Rompetechos.
Inicialmente, cuentan con la ayuda de un perro, Charón, que resulta totalmente inútil para seguir la pista del secuestrado Ibáñez. Posteriormente, siguen las pistas que les ofrece Rompetechos, todas ellas erróneas. Hartos de sus errores, Mortadelo y Filemón envían al testigo al espacio, tras lo cual sólo les queda investigar en las oficinas de Ediciones B, donde trabajaba Ibáñez. Finalmente, se encuentran con una fábrica cuyo rótulo aparecía en la camiseta de uno de los secuestradores; los agentes recuperan la esperanza de encontrar al secuestrado autor.