Desde su primera aventura en El país de los Soviets , Tintín y Milú conducen a gran velocidad en un coche de carreras mientras un avión intenta alcanzarlos. Una imagen icónica que da protagonismo a la velocidad y al movimiento. Y Hergé no se quedará ahí: detrás de Las aventuras de Tintín , es la historia del transporte y su evolución en el siglo XX la que toma forma.